sábado, 14 de diciembre de 2013

10 razones para adorar El Hobbit: La desolación de Smaug

10 razones para adorar El Hobbit: La desolación de Smaug


Tras un año más de espera, ha llegado por fin la continuación de Un viaje inesperado. Si la primera podía pecar (en opinión de muchos, no mía) de lenta, esta es todo lo contrario, ofreciendo 2 horas y 45 minutos de un espectáculo que pasa en un santiamén y que acaba con cualquier amago de impasividad que pueda tener el espectador. 

Personalmente, lo pasé mal. Pero mal de verdad. No hay un instante de respiro en esta película, e incluso en los pasajes que se antojan más "tranquilos" los sucesos vienen y vienen y nunca se estanca. La división del grupo protagonista en varias partes y el abordar varias tramas a la vez permite que cuando una se está volviendo tranquilota, se salta a otra donde alguien arriesga su vida o sucede algo que te deja con la boca abierta. Sinceramente, y le pese a quien le pese, es una de las mejores películas de aventuras de la última década (en mi opinión personal y totalmente subjetiva, la mejor). 

Las actuaciones siguen en la línea de la anterior, aunque en esta ocasión se ahonda más en las personalidades, permitiendo que actores como Martin Freeman (Bilbo) o Richard Armitage (Thorin) se superen a sí mismos. Éste último sigue teniendo una de las miradas más expresivas y coléricas nunca vistas en cine. Incluso se permite que algunos secundarios brillen con luz propia. Aunque ninguno tanto como Smaug el Terrible, el dragón más creíble, profundo, carismático y gigantesco que ha ofrecido la historia del cine. Ganas alucinantes de verla en versión original para disfrutar de la inimitable voz de Benedict Cumberbatch.


Peter Jacksoncabronazo, lo has vuelto a lograr.


Antes de pasar a la lista de 10 razones (una excusa perfecta para desgranar la película), debo dar mi opinión sobre un tema que se repite hasta la infinidad en las críticas y que me tiene crispada. Muchísimos pseudo-críticos, boquiabiertos como todos e incapaces de encontrar un solo fallo fílmico resaltable a esta maravilla, se han cebado con lo que viene siendo la adaptación de la novela, alegando que se ha mutilado la obra de Tolkien en favor del amigo dólar. No puedo estar más en desacuerdo. Los acontecimientos que se narran en el libro(a grandes rasgos) y que entren en esta película son los siguientes:
  • Los enanos se encuentran con Beorn y este les presta ponies para que lleguen hasta el Bosque Negro
  • Gandalf les abandona a la entrada del Bosque Negro
  • La Compañía se pierde en el Bosque Negro y son atacados por las arañas
  • Los elfos silvanos los encuentran y Thranduil (el Rey Elfo, según el libro) les encierra
  • Bilbo consigue que los enanos escapen escondiéndolos en barriles
  • Los enanos llegan a Esgaroth y conocen a Bardo. Allí Thorin desvela su identidad y su propósito
  • La Compañía llega a Erebor y encuentra la puerta en el día de Durin
  • Bilbo entra en La Montaña y habla con Smaug
  • Hacen salir a Smaug y éste se dirige a la Ciudad del Valle
  • No sale AÚN es esta película, pero está claro (transparente) quién y cómo matará a Smaug
Y punto. Y por mucho que la gente se queje, eso es exactamente lo que pasa en la película. ¿Que se han cambiado/añadido detalles? Sí. ¿Que cambian los acontecimientos? NO. Ni de coña. Ni que Azog siga vivo y los persiga cambia nada (si se ha seguido la evolución de las películas, el destino de Azog está cantado), ni la aparición de Legolas (totalmente justificada, siendo como es hijo del Rey Elfo), ni tan siquiera que parte del grupo se quede atrás en Esgaroth afecta a la reconquista de Erebor (todos los que hayan leído el libro saben que los únicos personajes de la Compañía realmente relevantes para los sucesos del libro son Thorin y Bilbo). Me sigue pareciendo más brutal que Saruman muera al principio en El Retorno del Rey o que haya elfos de Lórien y Rivendel ayudando a los hombres de Rohan (y que muera Haldir... ¡HALDIR!) en Las Dos Torres (y es mi favorita de ESDLA, que conste). 

En mi tierra dicen "cuanto más azúcar, más dulce", y esto es exactamente lo que hace Jackson en su película: rellenar los huecos dejados por Tolkien en su libro para niños, permitiendo convertir un "alegre" cuento en una historia épica que poco le falta para llegar al nivel de su predecesora. Soy admiradora ferviente de la obra de Tolkien, pero también del cine, y lo que Jackson ha hecho es MUY grande. Y lo dice alguien que ha crecido con la obra de Tolkien pero que unos cambios que no afectan al contenido importante no molestan en absoluto (siempre, claro, que el grupo se reúna ANTES de la Batalla de los Cinco Ejércitos. No puede ser que los cuatro enanos que se han quedado atrás no vean Erebor antes de que sea asediada).

Que los "críticos" echen espuma por la boca y maldiciones en arameo o lengua negra si quieren. Eso no quitará que esta gigantesca aventura ha llegado hasta nosotros para quedarse. Y que una tercera parte, seguramente más grande que todas las anteriores, se estrenará a finales de 2014. 

Ahora sí, las 10 razones por las que vale la pena ver (y repetir varias veces) esta maravilla:

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1) El Bosque Negro y las arañas

El resto de bosques que han aparecido en la Tierra Media (incluso Fangorn) tenían un aire cerrado, ignoto pero a la vez bello. El Bosque Negro es sencillamente aterrador, oscuro, enfermo y claustrofóbico. Los enanos buscan infatigables un sendero que parece cambiar de dirección a propósito para despistarles y acaban irremediablemente perdidos. La ausencia de sol y el poder alucinógeno de esos árboles enfermos merman su moral y su juicio, volviéndolos malhumorados y agresivos unos con otros. Solo el ascenso de Bilbo hasta la copa de un árbol permite ver lo que podría haber sido el antiguo Bosque Verde, infinito y arrebatadoramente hermoso. 

Respecto a las arañas, los aracnofóbicos (como yo) lo pasarán mal. Bilbo desciende solo para ver cómo sus amigos han sido envueltos en tela de araña y a punto de ser devorados por gigantescos monstruos de ocho patas. Nuestro hobbit se pone el Anillo y escucha las voces y cantos siniestros de las arañas, una oda directa y casi calcada al pasaje que le corresponde en el libro. Salvo detalles, es uno de los capítulos mejor adaptados. 


2) Los elfos silvanos y las Cavernas del Rey

Beorn dice que "los elfos silvanos no son tan listos como los otros, pero sí más peligrosos". Y nos lo demuestran con creces. Se trata de guerreros acérrimos y letales en batalla, celosos guardianes de sus secretos y bastante desinteresados de todo lo que sucede tras sus fronteras. En gran parte gracias a su líder, Thranduil (Lee Peace), que considera que nada es un problema mientras suceda fuera de sus dominios. Con esto han conseguido que la raza de los elfos, que parecía perfecta y totalmente benévola, esté también teñida de grises, no siendo ni tan malos ni tan buenos. Está claro que se han asentado en un lugar que se ha vuelto conflictivo y difícil y que ello pueda justificar ése comportamiento huraño, pero al menos ya no son el arquetipo de los buenos. Y eso me gusta. Por cierto, lo de que haya elfos "borrachos" y tal no es una invención de la película, sino que ocurre en el libro. Los elfos silvanos son bastante más de andar por casa que los de Rivendel o Lothlórien. 

Las Cavernas del Rey Elfo son un buen retrato de como deberían: a diferencia del resto de elfos, los silvanos viven en cuevas... pero qué cuevas. Con el encanto y el misticismo típico de las bellas gentes, esa arquitectura delicada y elegante en cada reborde, imitando motivos vegetales. Menos las mazmorras, claro (muy creativas, por cierto). El plan de huida de Bilbo se desarrolla prácticamente igual que en el libro. La visita no me ha decepcionado. 


3) Gandalf en Dol Guldur

Es un lujazo que se nos permita ver qué exactamente estaba haciendo nuestro mago al abandonar a Thorin y cía. En el libro es un "vale, hasta luego" y desaparece sin explicaciones. Eso sería un despropósito en la pantalla grande aunque fuera coherente en el libro. Aquí Jackson tira de los Apéndices de forma totalmente justificada para dar pie a lo que viene siendo El Concilio Blanco y además formar una conexión cronológica y conceptual con la trilogía de El Señor de los Anillos. La aparición del Nigromante deja en claro su verdadera identidad con una impresionante puesta en escena. Tampoco desdeñable la que se va a liar con los batallones de orcos atrincherados en la antigua fortaleza. Una muestra de lo que nos espera en la Batalla de los Cinco Ejércitos. 


4) El descenso del río en los barriles

Una de las escenas que más ganas tenía de ver, y que ha sido más y mejor de lo que esperaba (hasta cómica en algunos pasajes, como la que lía el amigo Bombur rodando fuera del cauce). Más frenética incluso, hasta plagada de incidentes que hacen sufrir por la vida de algunos, siendo como son perseguidos por orcos y elfos y acabando por aliarse con éstos últimos en pos de un enemigo común. Nadie podría rodar una escena con tantos y tan rápidos cambios de plano como Peter Jackson, haciendo un buen uso del CGI para retratar elfos en su máximo despliegue de agilidad y destreza. Me pregunto si Legolas llegará a saber algún día que Thorin le salvó la vida rematando a un orco que iba a darle por la espalda.



5) La Ciudad del Lago

Aunque la llegada de los enanos a Esgaroth es diferente respecto al libro, opino que se ha hecho un buen trabajo retratando visualmente la ciudad, una especie de Venecia de la Tierra Media. Eso sí, totalmente decadente, donde los trapicheos y la corrupción anidan en cada rincón. Es una buena representación de un asentamiento de hombres venido a menos desde que la actividad comercial de la zona decayó a causa de la desolación de Smaug en Erebor y la destrucción de la vecina Ciudad del Valle. Eso sí, a final de cuentas la ciudad se volca en la misión de los enanos ante la promesa de Thorin de riquezas y una nueva edad dorada para Esgaroth (como en el libro, vaya). Stephen Fry ni brilla ni desentona como el Gobernador de Lago. 


6) Nuevos (o no tan nuevos) personajes

Esta película aporta una serie de personajes nuevos respecto a la anterior. Algunos son viejos conocidos como Legolas, encarnado de nuevo por Orlando Bloom. Para los que les gustaban las piruetas y fumadas del amigo Legolas en la trilogía original, aquí no quedarán decepcionados. Sigue siendo un despliegue de habilidad, rapidez y agilidad cuando está luchando. El contraste viene por su carácter excesivamente borde, en especial con los enanos, cuando en el Concilio de Elrond se mostró incluso pacifista. Supongo que habrá una explicación para el cambio del personaje en el abismo de 60 años que separan estos sucesos de La Guerra del Anillo.

Respecto a las novedades, me quedo con la elfa Tauriel (Evangeline Lilly) y Bardo el Arquero (Luke Evans). La primera por ser el necesario toque femenino en una historia donde no hay NI UN SOLO personaje femenino (algo que me parece excesivo, la verdad...). Lejos de ser la típica doncella milongas, la muchacha es un espectáculo decapitador de orcos y asesina de arañas que da gusto (por fin alguien que reparte hostias como panes desde Éowyn). No es que su actuación sea brillante pero sí se hace encantadora, además de ser la única de su raza con dos dedos de frente y un fuerte sentido de la justicia en toda la película. De Bardo comentar que me ha entusiasmado el enfoque de hombre atormentado por el peso de su linaje (la gente considera que la desgracia llegó por culpa de su antepasado, que no pudo matar a Smaug), anteponiendo la seguridad de sus hijos a todo lo demás. Aún así, tiene un corazón generoso, como demuestra ayudando a los enanos en diversas ocasiones. Ni Beorn (demasiado poco metraje) ni Thranduil (un doblaje que es pa' pegar a alguien) me han parecido tan llamativos como estos dos. 

Bardo (Luke Evans) y Tauriel (Evangeline Lilly)
Comentar un detalle de la relación entre el enano Kili (un entrañable Aidan Turner) y la elfa Tauriel. Admito que no me lo esperaba (estaba convencida de que la muchacha sería involucrada sentimentalmente con Legolas), pero por alguna razón no me ha chirriado en absoluto. De hecho me ha enternecido (yo y mis sentimentalismos), además de ser incluso gracioso y emocionante. Quizá porque la atracción es algo que se ha tocado muy por encima en este universo (creo que solo lo de Éowyn con Aragorn), y el amigo Kili ya demostró en la versión extendida de Un viaje inesperado que las "altas, pálidas y sin vello facial" le hacen tilín. En serio, ¿por qué tanta bilis por una pincelada de romance interespécies que no afecta para nada al producto global? ¿Qué ha ocupado este asunto? ¿Cuatro, cinco minutos de metraje? Bien recibidos sean. No se ha hecho excesivo pero sí simpático. Lo más íntimo ha sido un contacto fugaz de manos y yo me lo he creído.


7) Bilbo y Smaug

Solo por ver a Smaug por fin vivo en la pantalla grande ya vale la pena lo que haya costado la entrada. Si hubiera podido la hubiera visto en 3D, porque me huelo que debe valer la pena. Smaug hace honor a su título de Terrible y Gran Calamidad, siendo el más terrorífico dragón que el cine ha visto en su historia. No solo eso sino el más carismático también, como he dicho antes. El encuentro entre Bilbo y Smaug es muy parecido a como fuera en el libro (salvo que se quita el Anillo demasiado pronto, vaya). Hasta se permiten calcar pasajes de los diálogos (me emocionó cuando mencionaron lo de "el Jinete de Barriles"). Smaug es sofisticado, listo y colérico al mismo tiempo. Chapó.

Dudo que nadie olvide jamás la tensión que sufre Bilbo al adentrarse en Erebor, encontrar el lecho de Smaug cubierto de monedas y provocar accidentalmente un deslizamiento que desvela al dragón dormido. El plan de Thorin para expulsarlo de Erebor se lo han sacado totalmente de la manga, pero demuestra un conocimiento de los enanos de su propio reino que se me ha hecho simpático (aunque bastante fantasioso). Muy de acorde con la mentalidad de esta raza, grandes artesanos y con una conocimiento de la maquinaria superior que en otras razas. Quizá peque de tratar a Smaug como un poco "tonto", pero vamos... tampoco es para rasgarse las vestiduras. También mencionar el cómo el dragón empieza a intentar volver a Bilbo contra sus propios camaradas, alegando que solo le están utilizando y que no se preocupan por él (ahí está Balin para demostrar lo contrario. Qué ricura de señor :3). 


8) Desarrollo de los personajes protagonistas

Aquí es donde, en mi opinión, más se ha lucido Jackson (además de con Smaug, claro). Por supuesto, destacar a Bilbo y la antesala de la posesión que el Anillo ejerce sobre él. Ése momento en el Bosque Negro, cuando acuchilla a una araña "bebé" (creo) porque se ha acercado al Anillo, y después se da cuenta de lo que ha hecho y cómo, te permite ver la corrupción que el arma de Sauron es capaz de llevar sobre alguien tan benévolo como el señor Bolsón. También se ahonda bastante en la personalidad de Thorin, mostrándonos un atisbo de su caída en espiral. A remarcar la expresión de impotencia que esboza al llegar a Erebor y creer que ha perdido la oportunidad de recuperar su reino.

Resaltar también un suceso "anecdótico" (más o menos) que permite ahondar en tres de los enanos principales: ésa escapada frenética en barriles que acaba con el joven Kili herido en una pierna por una flecha de Mórgul. Con ése simple detalle nos demuestran que éste es inconsecuente hasta las últimas y deseoso de la aprobación de su tío Thorin, ya que se empeña en ocultar lo mucho que está sufriendo por su herida y seguir adelante. Al mismo tiempo consiguen denotar que Thorin empieza a estar sediento y enfermo del oro como lo estuviera su abuelo Thrór, ya que insiste en que Kili se quede en Esgaroth; no porque se preocupe por él (aunque está claro que lo hace), sino porque "le da igual si es familia o no, nadie entorpecerá su misión". Y ahí también nos permiten ver que Fili (Dean O'gorman), aunque está destinado a ser Rey algún día por ser el sobrino mayor de Thorin, prefiere dar la espalda a su tío y quedarse a cuidar de su hermano. Olé. ¡'Al fin se menciona el parentesco entre Thorin y los hermanos! Además, por fin alguien que sale herido después de tanta cabriola: no puede ser que todos salgan indemnes con la ingente cantidad de peligros que han vivido. Si Bofur y Thorin fueron mis enanos favoritos en Un viaje inesperado, Balin, Fili y Kili lo son en esta. 


9) Guiños a la trilogía original

Siguen estando por doquier, algunos más sutiles que otros. A destacar la referencia a Gimli, con Legolas comentando "¿qué es esta horrorosa criatura? ¿Un trasgo mutante?" ante el retrato de familia que carga Glóin. ¡Ay, Legolas! Si supieras que ése "engendro" algún día sería tu mejor amigo. Algunos elementos nos recuerdan a la saga original, como las athelas (hoja de reyes) o el momento en el que Bilbo por fin le pone nombre a Dardo. También la aparición del Nigromante, que con su silueta envuelta en llamas recuerda tanto al Ojo de Sauron. 


10) El cliffhanger del final, que hará saltar de la butaca a más de uno

Ése "¿Qué hemos hecho...?" de Bilbo que te deja con ganas de más (aunque sabes PERFECTAMENTE lo que va a suceder y cómo la palmará Smaug) y que te hace desear que de nuevo saltemos otro año para ver el desenlace de esta envolvente aventura. 

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Lo único que eché en falta fue la interacción con Beorn (en el libro es mucho más "amigable", y es muy curiosa la manera en la que llegan hasta él, de dos en dos). Supongo que han recortado esa parte en beneficio de sumergirse directamente en el frenetismo de la aventura. También algo de metraje en el Bosque Negro, en especial lo que le pasa a Bombur al beber de un arroyo que no debería (aunque estoy segura de que esto saldrá en la versión extendida).

Por cierto (chorrada grande), me ha gustado que se mencionara fugazmente a Dis, hermana de Thorin y madre de Fili y Kili, aunque fuera sin nombrarla explícitamente y a través de algo tan pequeño como un talismán que carga su más joven retoño. Leyendo El Hobbit siempre me pregunté si Dis estaría viva o habría muerto como Frerin, el otro hermano de Thorin. Ahora sabemos que la única enana que Tolkien se digna a mencionar en su obra está viva y que espera ansiosa el regreso de sus nenes.




Bueno, y hasta aquí. Un año más de espera hasta que suceda lo inevitable y llegue la Batalla de los Cinco Ejércitos. Si se lo curran bien, puede ser la mejor batalla vista en la Tierra Media (¿o no, teniendo orcos, trasgos, hombres, elfos y enanos dándose mamporros?).